BLOG PERSONAL E INDEPENDIENTE

domingo, 28 de octubre de 2018

CUIDEN AL SANTO PUEBLO DE DIOS, NO LO ESCANDALICEN


"A los sacerdotes, a los obispos les pido: Cuiden al Santo Pueblo de Dios, no lo escandalicen, ¡cuidenlo!". Esta fue la petición que el Papa Francisco nos ha hecho al clero salvadoreño, representado en los sacerdotes que asistieron a la audiencia privada, el 15 de octubre de 2018, en el Aula Pablo VI. Previo a esa petición dijo: "Sus gentes tienen fe viva que expresan en diferentes formas de religiosidad popular y que conforma su vida social y familiar: la fe del Santo Pueblo fiel de Dios". Una descripción clave de la feligresía salvadoreña: "Fe viva", lo contrario, lamentablemente, a lo que se percibe en Europa a nivel general: una fe en aparente decadencia, tanto por el creciente y continuo número de personas alejándose de Dios y la Iglesia, como también, por el modo en que la viven muchos de los que aún están adentro, no digo todos, sino muchos, porque si hay jóvenes y adultos que se esfuerzan por vivir su fe con entusiasmo y valentía, con esperanza de un panorama mejor.

Por varias explicaciones ya se perciben, se observan personas salvadoreñas con elementos contrarios a la fe cristiana y a la Iglesia, no solo en las que están afuera (muchísimas de esas personas ya desde hace ratos los muestran en su conducta), sino también, en las que están dentro de la Iglesia Catolica. No menciono las denominaciones cristianas por desconocer el impacto de la secularización, relativismo, ateísmo e ideologías en sus miembros. A medida que voy conociendo la situación e historia de la catalogada etapa "post-franquista" de la Iglesia Católica en España, me da la sensación que aquí estamos en un realmente posible, pero no deseable futuro para la Iglesia en El Salvador y el resto de los países latinoamericanos, y en orden a esa situación, uno de mis mayores temores es que nosotros los sacerdotes nos confiemos demasiado de la fe viva de nuestros pueblos, tal como lo ha señalado el Sumo Pontífice. Una desmesurada confianza cristalizada en el comentario: "Nuestros fieles nos comprenden y nos perdonan, nos toleran nuestras metidas de pata"; o perversamente: "Hagamos y deshagamos que la gente siempre viene a la Iglesia"... Creanlo, no es sencillo vivir y menos evangelizar, en uno de los países líderes y exportadores de aquello que en la Iglesia calificamos de antivalores y odio sistemático a la fe cristiana, aunque al mismo tiempo, dicho ambiente ofrece la oportunidad de valorar mucho más la fe viva de nuestros amados pueblos latinoamericanos.

Es común que los sacerdotes, incluidas las religiosas y laicos con un conocimiento eclesial medio o especializado, a la hora de hablar le demos un carácter de sustancia al ateísmo, relativismo, secularismo, paganismo y a otros semejantes; nos sentimos inferiores ante esos "monstruos" y aumentan nuestras preocupaciones y quejas (cfr. Evangelii Gaudium 85): "Cuánto daño está haciendo la ideología de género, el secularismo, el ateísmo",  "la globalización, las redes sociales, los medios de comunicación, el narcotráfico, la violencia, la pornografia, el dinero fácil, etc., están destruyendo cada vez más a nuestros jóvenes", en efecto, es una realidad, pero al sustancializar esos fenómenos, nosotros sin quererlo o no, nos vemos y sentimos fuera de ellos, es decir, como que no nos afectara a nosotros y como que no contribuimos en absoluto con nuestras palabras, actitudes y mala conducta al engrosamiento de esos destructivos fenómenos sociales de este siglo XXI, herencia negativa del siglo pasado. Tendríamos que tener el valor y humildad de preguntarnos a conciencia y delante de Dios: Y yo, cura, estaré contribuyendo  al abandono y desconfianza de la gente hacia la Iglesia? No por gusto dijo el Papa: "No escandalicen al Pueblo de Dios"!! 


Seguir considerando sencilla y permisiva a la gente, -si es que hemos tenido anteriormente esa consideración-, aparte de ser una falta de respeto hacia el "Pueblo rescatado por la Sangre de Cristo" (cfr. 1 Pedro 1,18-21), es una tremenda ingenuidad y falta de un sincero autoexamen. La gente hoy está muy avispada y quizás hasta maleada debido al youtube, facebook, medios de comunicación, libros, revistas intercambios culturales, etc. Sin embargo, no olvidemos, hermanos sacerdotes (y seminaristas), lo que tanto predicamos y hacia lo cual dirigimos nuestros incansables esfuerzos: Al encuentro con la misericordia infinita de Dios y a la conversión de vida, aunque fuera lentisima. Apoyémonos en San Romero, modelo sacerdotal surgido de nuestro pueblo por gracia de Dios y "pastor insigne del continente americano" (Papa Francisco). Que así sea. 

Pamplona

viernes, 17 de agosto de 2018

RESUMEN DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA "GAUDETE ET EXSULTATE"


"Gaudete et exsultate" es el título de la Exhortación Apostólica de 177 numerales, escrita por el Papa Francisco, con fecha del 19 de marzo y presentada el 9 de abril de 2018, bajo el subtítulo: "Sobre el llamado a la santidad en el mundo actual". Es de hacer notar que el Pontífice firmó la exhortación el día en que celebramos a San José, un modelo de vivencia de la fe y la santidad ante la llegada de una confusión, en el contexto de su reciente desposorio con María (Cf. San Mateo 1, 18-20). Vivimos en una creciente y arrastradora confusión, de la cual los cristianos, los católicos no estamos exentos para nada. Podríamos mencionar innumerables expresiones personales y grupales de conocimiento público, en las cuales resalta el dominio de la confusión; no dudo de que el Papa ha visto ampliamente la tenebrosa confusión que está envolviendo al mundo y a hasta a la misma Iglesia, lo cual se va constatando a medida que se va leyendo y analizando la exhortación apostólica. 

Gaudete et exsultate, frase bíblica escrita en idioma latín, cuya traducción es: "Alegrense y regocíjense", se encuentra en San Mateo 5, 12, la cual es dirigida por nuestro Señor Jesucristo a los que son perseguidos o humillados por su causa. "El Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la Biblia está presente, de diversas maneras, el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Génesis 17,1)" (n. 1). Digamos que los santos y las santas, son aquellos que han llevado y están llevando al máximo nivel la perfección de su existencia personal, por eso han permanecido firmes y llenos de una santa alegría antes las tribulaciones y oscuras confusiones. El demonio y la mentalidad mundana te quieren malo o mediocre, te quieren desgraciado y triste, mas Dios te quiere santo, es decir, perfecto (Cfr. San Mateo 5, 48; Efesios 1, 4). 

Ciertamente, en la exhortación del primer Papa jesuita de la historia de la Iglesia, circula la espiritualidad y visión ignaciano-jesuita, cuya raíz son los ejercicios espirituales, por ello, la exhortación papal no solo ayuda a discernir la realidad fuera de nosotros, sino también, propicia un autoexamen, a nivel personal, comunitario y eclesial, es decir, discernir cuánto de mundanidad ha entrado en nuestros corazones, ya sea por ósmosis o por libre consentimiento.  Vale la pena leer y releer, analizar, meditar y hasta compartir en grupo lo desarrollado por Francisco, quien le ha apostado a utilizar un lenguaje sencillo, pero real y detallista, profundo y motivacional.

Después de esta introducción por parte de su servidor, les comparto el resumen de la exhortación, elaborado por la Diócesis española de Ávila, la cual me ha parecido buenísima.  Las marcaciones y subrayados, como también, el párrafo que se le dedica a la Virgen Maria, lo he añadido yo.

Padre Gustavo 
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"Gaudete et exsultate" is the title of the Apostolic Exhortation of 177 numerals, written by Pope Francis, dated March 19 and presented on April 9, 2018, under the subtitle: "On the call to holiness in today's world". It is worth noting that the Pontiff signed the exhortation on the day we celebrate Saint Joseph, a model of living faith and holiness in the face of confusion, in the context of his recent betrothal to Mary (Cf. 1: 18-20). We live in a growing and creeping confusion, of which Christians, Catholics are not exempt at all. We could mention innumerable personal and group expressions of public knowledge, in which the domain of confusion stands out; I do not doubt that the Pope has seen widely the dark confusion that is enveloping the world and even the Church itself, which is ascertained as we read and analyze the apostolic exhortation.

Gaudete et exsultate, a biblical phrase written in Latin, whose translation is: "Rejoice and be glad", is found in Matthew 5: 12, which is directed by our Lord Jesus Christ to those who are persecuted or humiliated for their cause. "The Lord asks for everything, and what he offers is the true life, the happiness for which we were created, he wants us saints and does not expect us to settle for a mediocre, watery, liquefied existence." Actually, from the first pages From the Bible, the call to holiness is present in various ways, as the Lord proposed to Abraham: "Walk in my presence and be perfect (Genesis 17: 1)" (n. 1). Let us say that saints and saints are those who have led and are carrying to the highest level the perfection of their personal existence, that is why they have remained firm and full of a holy joy before the tribulations and dark confusions. The devil and the mundane mentality want you bad or mediocre, they want you unhappy and sad, but God wants you holy, that is, perfect (see Matthew 5: 48; Eph 1:4).

Certainly, in the exhortation of the first Jesuit Pope in the history of the Church, the Ignatian-Jesuit spirituality and vision circulates, whose root is the spiritual exercises, for that reason, the papal exhortation not only helps to discern the reality outside of us, but It also encourages a self-examination, on a personal, community and ecclesial level, that is, to discern how much worldliness has entered our hearts, whether by osmosis or by free consent. It is worthwhile to read and reread, analyze, meditate and even share in a group what was developed by Francisco, who has opted to use a simple language, but real and detailed, deep and motivational.

After this introduction by your server, I share the summary of the exhortation, prepared by the Spanish Diocese of Avila, which I thought was very good. The markings and underlines, too, the paragraph that is dedicated to the Virgin Mary, I added it.

Father Gustavo

RESUMEN/SUMMARY

No es de esperar aquí un tratado académico o doctrinal sobre la santidad. El objetivo de este texto es “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades" (2). 

CAPÍTULO 1 
EL LLAMADO A LA SANTIDAD 

Hay muchos tipos de santos. Además de los santos oficialmente reconocidos por la Iglesia, muchas más personas corrientes están escondidas de los libros de historia y aun así, han sido decisivas para cambiar el mundo. Incluyen a muchos cristianos cuyo martirio es un signo de nuestro tiempo. “Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio.” La santidad es vivir los misterios de la vida de Cristo, “morir y resucitar constantemente con él,” y reproducir en la propia existencia distintos aspectos de la vida terrena de Jesús: su cercanía a los últimos, su pobreza y otras manifestaciones de su entrega por amor. “Permite al Espíritu Santo que forje en ti ese misterio personal que refleje a Jesucristo en el mundo de hoy,” en la misión de construir el reino de amor, justicia y paz universal. La santidad es tan diversa como la humanidad; el Señor tiene en mente un camino particular para cada creyente, no solamente para el clero, los consagrados, o los que viven una vida contemplativa. Todos estamos llamados a la santidad, cualesquiera que sea nuestro papel, “viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio”, y en las ocupaciones de cada día, vueltos hacia Dios. Entre las formas de dar testimonio están los “estilos femeninos de santidad”, de mujeres santas famosas y también de tantas mujeres “desconocidas u olvidadas” quienes han transformado sus comunidades. Además de a través de grandes desafíos, la santidad crece a través de gestos pequeños: rechazando las críticas, escuchando con paciencia y amor, diciendo una palabra amable a una persona pobre. La santidad te mantiene fiel a lo más profundo de ti mismo, libre de toda forma de esclavitud, y dando fruto en nuestro mundo. La santidad no te hace menos humano, ya que es un encuentro entre tu debilidad y el poder de la gracia de Dios. Pero necesitamos momentos de soledad y de silencio ante Dios, para enfrentarnos a nuestro yo verdadero y dejar entrar a Dios. 

CAPÍTULO 2 
DOS SUTILES ENEMIGOS DE LA SANTIDAD

El gnosticismo y el pelagianismo, dos “falsificaciones de la santidad” que surgieron en los primeros siglos cristianos, siguen siendo engañosos. Estas herejías proponen “un inmanentismo antropocéntrico disfrazado de verdad católica” al exagerar la perfección humana desconectada de la gracia. Los gnósticos no miden la perfección de las personas por su grado de caridad, sino por la cantidad de datos y conocimientos que acumulen. Al separar el intelecto de la carne, reducen las enseñanzas de Jesús a una lógica fría y dura que busca dominarlo todo. Pero en realidad, la doctrina “no es un sistema cerrado, privado de dinámicas capaces de generar interrogantes, dudas, cuestionamientos.” La experiencia cristiana no es un conjunto de elucubraciones mentales, la verdadera sabiduría cristiana nunca debe desconectarse de la misericordia hacia el prójimo. El mismo poder que los gnósticos atribuían a la inteligencia, los pelagianos comenzaron a atribuirlo a la voluntad humana, al esfuerzo personal. Aunque los pelagianos modernos hablen de la gracia de Dios con discursos edulcorados, en el fondo suelen transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana, como si ella fuera algo puro, perfecto, omnipotente, a lo que se añade la gracia. Se pretende ignorar que en esta vida las fragilidades humanas no son sanadas completa y definitivamente por la gracia. La gracia, precisamente porque supone nuestra naturaleza, no nos hace superhombres de golpe sino que nos toma y transforma de una forma progresiva. Si rechazamos esta manera histórica y progresiva, de hecho podemos llegar a negar y bloquear la gracia del Señor. Su amistad nos supera infinitamente, no puede ser comprada por nosotros con nuestras obras y solo puede ser un regalo de su iniciativa de amor. Solamente a partir del don de Dios, libremente acogido y humildemente recibido, podemos cooperar con nuestros esfuerzos para dejarnos transformar más y más. Cuando sobrevaloran la voluntad humana y sus propias capacidades, algunos cristianos pueden tender hacia una obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, la vanagloria ligada a la gestión de asuntos prácticos, el embeleso por las dinámicas de autoayuda y de realización autorreferencial. La vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. Ello priva al Evangelio de su sencillez cautivante y su sal, y lo reduce a un proyecto que deja poco espacio a la obra de la gracia. 

CAPÍTULO 3 
A LA LUZ DEL MAESTRO

En las Bienaventuranzas se dibuja el rostro del Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas. Aquí la palabra «feliz» o «bienaventurado», pasa a ser sinónimo de «santo», porque expresa que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha. Solo podemos vivirlas si el Espíritu Santo nos invade con toda su potencia y nos libera de la debilidad del egoísmo, de la comodidad, del orgullo. 

El Papa Francisco describe cada una de las Bienaventuranzas y su invitación, concluyendo cada sección: 
● “Ser pobre en el corazón, esto es santidad”. 
● “Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad”. ● “Saber llorar con los demás, esto es santidad”. 
● “Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad”.
● “Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad”. 
●“Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad”. 
● “Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad”. 
●“Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es santidad”. 

En el capítulo 25 del evangelio de Mateo (vv. 31-46), Jesús vuelve a detenerse en una de estas bienaventuranzas, la que declara felices a los misericordiosos. “Si buscamos esa santidad que agrada a los ojos de Dios, en este texto hallamos precisamente un protocolo sobre el cual seremos juzgados.” Cuando reconocemos a Cristo en el pobre y en el que sufre, se nos revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas. “El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias.” Algunas ideologías engañosas nos llevan por un lado a separar estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, convirtiendo así el cristianismo en una especie de ONG, quitándole esa mística luminosa que tan bien vivieron y manifestaron los santos. Por otro lado, están aquellos que viven sospechando del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista. O lo relativizan como si hubiera otras cosas más importantes o como si sólo interesara una determinada ética o una razón que ellos defienden. La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero “igualmente sagrada” es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud. Tampoco la situación de los migrantes ha de considerarse un tema secundario al lado de los temas «serios» de la bioética. Para un cristiano “solo cabe la actitud de ponerse en los zapatos de ese hermano que arriesga su vida para dar un futuro a sus hijos.” 

CAPÍTULO 4 
SIGNOS DE SANTIDAD EN EL MUNDO DE HOY 

El Papa se refiere después a “algunos aspectos de la llamada a la santidad que espero sean especialmente significativos,” en forma de “cinco grandes expresiones de amor a Dios y al prójimo que considero particularmente importantes a la luz de algunos peligros y limitaciones presentes en la cultura actual.” 

1) Perseverancia, paciencia y mansedumbre. Esto describe la fortaleza interior, basada en Dios, que hace posible dar un testimonio de constancia en hacer el bien. Hemos de reconocer y combatir nuestras inclinaciones agresivas y egoístas. Los cristianos “pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital.” Los límites pueden sobrepasarse incluso en medios de comunicación católicos, y la difamación y la calumnia pueden convertirse en lugares comunes. “Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: «No levantar falso testimonio ni mentir», y se destroza la imagen ajena sin piedad.” No nos hace bien mirar desde arriba, colocarnos en el lugar de jueces sin piedad, considerar a los otros como indignos y pretender dar lecciones permanentemente. Esa es una sutil forma de violencia. Estar en el camino hacia la santidad significa soportar “humillaciones diarias,” e.g. “aquellos que callan para salvar a su familia, o evitan hablar bien de sí mismos y prefieren exaltar a otros en lugar de gloriarse, eligen las tareas menos brillantes, e incluso a veces prefieren soportar algo injusto para ofrecerlo al Señor.” Tal actitud “supone un corazón pacificado por Cristo, liberado de esa agresividad que brota de un yo demasiado grande.” 

2) Alegría y sentido del humor. El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Irradian a los demás con un espíritu positivo y esperanzado, incluso en tiempos difíciles. El mal humor no es signo de santidad. La tristeza puede ser una señal de ingratitud por los dones recibidos de Dios. La alegría consumista e individualista tan presente en algunas experiencias culturales de hoy no brinda una alegría verdadera; el consumismo solo empacha el corazón. 

3) Audacia y fervor. La santidad es parresía: es audacia, es empuje evangelizador que deja una marca en este mundo. “La audacia y el coraje apostólico son constitutivos de la misión.” Si nos atrevemos a ir hacia las periferias, encontraremos a Jesús allí, en los corazones de nuestros hermanos, en su carne herida, en su vida oprimida, en su alma oscurecida. La Iglesia no necesita tantos burócratas y funcionarios, sino misioneros apasionados, devorados por el entusiasmo de comunicar la verdadera vida. Los santos nos sorprenden, nos desinstalan, porque sus vidas nos invitan a salir de la mediocridad tranquila y anestesiante. El Espíritu Santo nos hace contemplar la historia en la clave de Jesús resucitado. De ese modo la Iglesia, en lugar de estancarse, podrá seguir adelante acogiendo las sorpresas del Señor. 

4) En comunidad. La santificación es un camino en el que vivimos y trabajamos en comunidad con otros. Compartir la Palabra y celebrar juntos la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera. Esto da lugar también a verdaderas experiencias místicas vividas en comunidad. Pero estas experiencias son menos frecuentes y menos importantes que las cosas pequeñas de cada día. Jesús invitaba a sus discípulos a prestar atención a los pequeños detalles: el vino que se acaba en una fiesta, una oveja que faltaba, las dos monedas de una viuda. A veces en medio de esos pequeños detalles se nos regalan experiencias consoladoras de Dios. 

5) En oración constante. La oración confiada, cualquiera que sea su duración, es la respuesta de un corazón abierto al encuentro con Dios cara a cara, donde puede escucharse la voz suave del Señor. En ese silencio es posible discernir, a la luz del Espíritu, los caminos de santidad que el Señor nos propone. Para todo discípulo es indispensable estar con el Maestro, escucharle, aprender de él siempre. Dios ha querido entrar en la historia, y así también nuestra oración está tejida de recuerdos. Mira tu historia cuando ores y en ella encontrarás tanta misericordia. La oración de súplica es expresión del corazón que confía en Dios, que sabe que solo no puede. La oración de petición tantas veces nos serena el corazón y nos ayuda a seguir luchando con esperanza. La oración de intercesión tiene un valor particular, porque es un acto de confianza en Dios y al mismo tiempo una expresión de amor al prójimo. En la Eucaristía, la Palabra alcanza su máxima eficacia, porque es presencia real del que es la Palabra viva. 

CAPÍTULO 5 
COMBATE, VIGILANCIA Y DISCERNIMIENTO 

El diablo está presente desde las primeras páginas de la Escritura. No pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. No bajemos la guardia para acabar más expuestos. Nuestro camino hacia la santidad es un combate constante para el que tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, etc. El camino hacia la santidad es una fuente de paz y de alegría, que nos dona el Espíritu. ¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es a través del discernimiento, que no es lo mismo que la inteligencia y el sentido común, es también un don que hay que pedir. Hoy día, el don del discernimiento se ha vuelto particularmente necesario porque la vida actual ofrece enormes distracciones, y el mundo las presenta como si fueran todas válidas y buenas. El discernimiento es una gracia. No pertenece sólo a los más inteligentes o a los mejor educados. No requiere habilidades especiales, sino una disposición a escuchar: al Señor, a los demás, a la realidad misma que siempre nos desafía de maneras nuevas. Solo quien está dispuesto a escuchar tiene la libertad para renunciar a su propio punto de vista parcial o insuficiente, a sus costumbres, a sus esquemas. Hemos de discernir los planes de Dios, para no olvidar su invitación a crecer. Por esta razón, pediré a todos los cristianos que examinen diariamente su conciencia en un diálogo sincero con Dios. Necesitamos el silencio de la oración prolongada para percibir mejor el lenguaje de Dios, para interpretar el significado real de las inspiraciones que creamos haber recibido, para calmar nuestra ansiedad y ver el conjunto de nuestra existencia renovada a la luz de Dios. Tal actitud de discernimiento implica la obediencia al Evangelio como último criterio, pero también al Magisterio que lo custodia, intentando encontrar en el tesoro de la Iglesia lo que sea más fecundo para el “hoy” de la salvación; ya que la rigidez no tiene lugar ante el eterno “hoy” del Señor resucitado. Dios pide todo de nosotros, y también nos lo da todo. No quiere entrar en nuestras vidas para disminuirlas sino para llevarlas a plenitud. 

Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…».

Pidamos que el Espíritu Santo infunda en nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y alentémonos unos a otros en este intento. Así compartiremos una felicidad que el mundo no nos podrá quitar. 


*Para contactar con su servidor, hacerlo a través de la cuenta de facebook:Luz para los pueblos

martes, 29 de mayo de 2018

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN COMO FUNDAMENTO DE LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD, SEGÚN STUART MILL

En el Capítulo 2 de la obra “Sobre la libertad” (On liberty)


Aristóteles afirmó categóricamente que todo hombre por naturaleza desea saber (Metafísica, libro I), desea por tanto conocer la verdad de las cosas. A través de la historia de la filosofía en occidente, la verdad ha sido un tema apasionante como controvertido. Según Stuart Mill, la libertad de expresión es la que permite el acercamiento a la verdad, la cual siempre será relativa, debido a que está en constante evolución y conectada a la utilidad. De aquí se entiende el valor que le concede a la opinión, como vía para alcanzar una verdad: Negarse a oír una opinión, porque se está seguro de que es falsa, equivale a afirmar que la verdad que se posee es la verdad absoluta. Como consecuencia de ello, toda negativa a una discusión implica una presunción de infalibilidad, es decir, el que se niega a discutir es porque presume de estar en la verdad, y para el filósofo ingles nadie es infalible, nadie está libre de no equivocarse, aparte de que una supuesta verdad proclamada debe ser sometida a discusión, porque como ya se ha dicho, la verdad siempre será relativa, no absoluta. No ha de extrañarse de que este modo de pensar rivalice contra el Papa, a quien se considera infalible en temas de fe y moral, y contra los dogmas que se consideran verdades de fe absolutas e inmutables.

Mill argumenta a través de tres premisas que la libertad de expresión fundamenta la búsqueda de la verdad, con las cuales sustenta su defensa a favor de la falibilidad y en contra de la infalibilidad:

1.   Que la opinión tradicionalmente admitida puede resultar falsa.

En la Ilustración (siglo XVIII) se fragua la emancipación de la tradición, se cuestiona si lo que se ha venido diciendo o haciendo es verdad. Imponer silencio a la expresión de una opinión constituye un robo a la especie humana, a la posteridad tanto como a la generación existente. Si la opinión expresada, la cual difiere de la tradicional, resulta cierta y se rechaza, se privará a la humanidad de la posibilidad de abandonar el error por la verdad. Nunca podremos estar seguros de que la opinión que tratamos de ahogar sea falsa, y si lo estuviéramos, el ahogarla seria también un mal.

2.   La opinión admitida es verdadera, pero continua siendo necesaria la discusión.

La capacidad y actitud racional presentes en el ser humano exige conocer los motivos de nuestras propias opiniones, a las cuales se llega escuchando a los demás y analizando sus razones. La libre discusión, por tanto, es saludable y beneficiosa, porque ayuda a alcanzar la validez de una opinión y la falsedad de las otras: La percepción más clara y la impresión más viva de la verdad, producida por su colisión con el error.

¿Cuál es el resultado que se busca? Poseer convicciones y no meras doctrinas impuestas, influyentes e ineficaces en la conducta de los individuos y decadentes a futuro. Entre más se defiende una opinión tenida como verdad, contrastándola con opiniones distintas en torno a ella, más se comprende y se consolida. Por otra parte, no se ha de abandonar la discusión, porque según dice Mill, no existe cosa alguna absolutamente cierta. Eso da entender que sí se llega a alcanzar opiniones verdaderas, pero nunca la verdad, porque quien afirme poseerla, presume de infalible. Yo le preguntará a Mill: ¿Acaso tu cerrada insistencia de que la vía para alcanzar una opinión verdadera, la cual afirmas que es por medio de la discusión, no es acaso caer en la infalibilidad tan criticada por ti? ¿Estás de acuerdo en que se cuestione y discuta tu principio propuesto como camino para alcanzar una verdad?

3.   Algunas opiniones contrarias pueden compartir la verdad.

Teniendo en cuenta las dos hipótesis anteriores, puede darse el caso de que tanto la opinión admitida, como la silenciada, sean en parte verdaderas cada una de ellas. Es decir, ninguna contendría ni la verdad ni el error de modo absoluto, pero si con bastante seguridad para los fines de la vida. Los fines del ser humano, por tanto, serán de acuerdo a la utilidad vislumbrada por cada individuo, puesto que al anular una verdad absoluta, el individuo establece sus propios fines de acuerdo a su opinión: Podemos y debemos suponer que nuestra opinión es la verdadera como guía de nuestra propia conducta. En consecuencia, todas las opiniones deben circular libremente, sean aceptadas o no. El medio más reprobado que puede emplearse en una polémica es estigmatizar como hombres peligrosos e inmorales a los que profesan la opinión contraria. 

En primer lugar, nos hace recordar la división entre la crítica de la razón pura y la crítica de la razón práctica hecha por Kant, por la ética es necesario que se existan realidades que por medio de la razón pura no se pueden asegurar ni demostrar. Luego, no se puede negar de que existen personas, grupos y elites que por mantenerse en el poder, por interpelar su vida e intereses personales, tachan o etiquetan de polémicos, inmorales y peligrosos a personas que realmente no están equivocadas en su expresión, aunque también existen personas o grupos influyentes o con poder de mando que machacan a los que profesan una opinión contraria a ellos, por ignorancia o buena intención aunque errada objetivamente. Estas cosas, por ejemplo, se dan en el interior de la Iglesia Católica, aunque por supuesto, Stuart Mill está hablando de modo general.

Centrándonos en la postura de Stuart Mill desarrollada en el presente comentario y conociendo en líneas muy generales su pensamiento, es notable en él los efectos de la llamada Modernidad, como también, la protesta al ambiente socio-político que le rodeaba, lo cual a mi juicio, no le permitió ver lo suficiente las consecuencias de su pensamiento a la posteridad, aunque por supuesto, sí realmente estaba dispuesto a que sus opiniones fueran contradichas, posiblemente confió en que serían corregidas y superadas en la posteridad, lo cual no ha sucedido así del todo. Hoy en día, “medio mundo” se siente en condiciones de opinar y etiquetar negativamente a quien exprese las que fueron consideradas verdades por siglos, cuyo areópago contemporáneo favorito son las redes sociales. Por eso estoy de acuerdo con el filósofo inglés Alasdair McIntyre, en que el lenguaje moral contemporáneo está gravemente dañado y de que es difícil cada vez más entenderse en el dialogo, puesto todo prácticamente es opinable y si se llega a una verdad, está abierta a revisión y superación, y ay de aquel que piense que posee, exprese y enseñe lo que considere verdadero u objetivamente es verdadero.

Ciertamente, se ha de brindar el espacio a la opinión, a la libertad de expresión, al debate, como el estar abierto al abandono de las opiniones y posturas erróneas, y a la profundización de lo verdadero, pero tampoco sin caer en la radicalidad de que todo es opinable y al infinito, que al fin y al cabo eso no es posible en el mundo real, por más que se alegue lo contrario. Quien va a sostener, por ejemplo, que el alimento no es necesario para vivir y sobrevivir, eso no es una opinión, es una verdad y quien diga que sin alimento el ser humano puede vivir tranquilamente, o es tonto, o está muy borracho o es un rico con el estómago siempre lleno…Por ello, siempre será recomendable y necesario volver a la filosofía clásica, la cual nos ilustra en torno a las verdades absolutas y relativas, objetivas y subjetivas, y porque no decirlo también,  en la doxa y el epistēmē de Platón. 

Hecho por Gustavo Romero
Dirigido por el Profesor Dr. D. Enrique Moros
Universidad de Navarra, España

* FREEDOM OF EXPRESSION AS A BASIS OF THE SEARCH FOR THE TRUTH, IN STUART MILL
In Chapter 2 of the book "On liberty"

miércoles, 11 de abril de 2018

EL "DISCURSO DEL MÉTODO" DE DESCARTES: RESUMEN Y COMENTARIO DE TEXTO


RESUMEN

En el año 1637 fue publicada la obra filosófica “Discurso del método” (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la vérité dans les sciences), escrita por René Descartes. Aparte de ser una lectura accesible en líneas generales, puesto que proyecta la autobiografía de dicho personaje, es una obra fundamental en el desarrollo histórico de la filosofía y la ciencia en el mundo occidental. Al leer su obra, aunque él hace la justificación, se comprende porque le llamó Discurso y no Tratado, y fue  para poner de manifiesto la no intención de enseñar, sino sólo de hablar, exponer el modo de cómo él ha procurado dirigir bien su razón. Con esto, Descartes trata de alejarse de cualquier problema o controversia que pudiera surgir con sus contemporáneos, en torno a las ideas plasmadas en su Discurso, como también, evitar una condena eclesiástica. Es justo decir que se encuentran frases y planteamientos interesantes en dicha obra. René Descartes divide su “Discours” en seis partes.

En la primera parte, Descartes pone en duda todos los conocimientos aprendidos a lo largo de su educación, recibida en una de las escuelas más célebres de Europa. Propone un nuevo método para llegar a un saber que sea seguro. Al mismo tiempo, realiza una rotunda crítica de las ciencias y de la filosofía escolastica de su tiempo. Concluye en que la única forma de encontrar la verdad es en uno mismo.

En la Segunda parte expone de forma muy breve los fundamentos de su nuevo método, precisados en cuatro reglas y apoyados en la lógica, en el análisis geométrico y en el álgebra.

En la Tercera parte explica que mientras se dedica a dudar de todo, tiene que crear una moral provisional que rija su vida. Esta moral provisional está expresada en tres máximas.

Llegamos a la parte central del Discurso del método, en la cual Descartes establece la conocidísima "duda metódica", es decir, puesto que el conocimiento recibido a través de los sentidos suele ser erróneo, se dedica a dudar de todo, con el propósito de alcanzar un conocimiento que se pueda considerar verdadero. Pero advierte que mientras duda, está pensando, y si piensa, es prueba contundente de que existe. Con esa premisa, crea un primer principio para su nueva filosofía: “Pienso, luego existo”, de aquí establece la existencia de Dios.

En la quinta parte explica brevemente el contenido del mundo. Luego, establece las principales funciones del ser vivo, y por último, prueba la distinción del hombre frente a los animales, de los cuales afirma que son solo una compleja máquina automática.

En el capítulo final, brinda una serie de reflexiones sobre el alcance de la investigación científica, como también cuestiona la publicación de sus investigaciones.


COMENTARIO DE TEXTO

Después de todo esto, había yo descrito el alma razonable y mostrado que en manera alguna puede seguir de la potencia de la materia, como las otras cosas de que he hablado, sino que ha de ser expresamente creada; y no basta que esté alojada en el cuerpo humano, como un piloto en su navío, a no ser acaso para mover sus miembros, sino que es necesario que este junta y unida al cuerpo más estrechamente, para tener sentimientos y apetitos semejantes a los nuestros y comprender así un hombre verdadero (Quinta parte).

El párrafo final de la quinta parte del “Discurso del método”, me parece muy interesante y actual al mismo tiempo. Aunque solo comentaré brevemente las líneas entresacadas del párrafo citado, señalo que el tema central es el alma y su naturaleza, sobre la cual Descartes se extiende, porque es de lo más importante. En los párrafos anteriores de la quinta parte, explica o quiere probar la diferencia entre el ser humano y los animales, en la cual la racionalidad del alma es determinante.

Permítaseme traer a colación la “teoría de la evolución”, tema de debate que ha incrementado, y de este debate no escapa la consideración del alma por supuesto. Al decir que el alma humana no puede seguir o surgir de la potencia de la materia, Descartes está en consonancia con la tradición aristotélico-tomista, es decir, el alma humana está en acto, es la forma sustancial. De la materia no puede surgir el alma. Algunos ateos o materialistas que aceptan la existencia del alma, expresan que es producto de la materia. Ciertamente, en su obra no está presente lo tocante al evolucionismo, ni en su tiempo, pero a mi juicio, enfocándome en lo referente a la teoría de la evolución concretamente, encontramos en el texto una postura a favor de la superioridad del alma, la cual es racional e independiente de la materia. Como también, deduce y enfatiza que el alma es expresamente creada, es decir, procede de Dios Creador.

El alma no está encerrada en el cuerpo con la sola finalidad de moverlo, como lo sería una persona dentro de una máquina, de hecho, si el cuerpo fuera una máquina no estaría compuesto de carne. ¿Por qué el cuerpo formado de carne no se descompone sino hasta después de la muerte? Porque existe un principio intrínseco que lo mantiene vivo y operante, es decir, el alma. Por ello, es necesario que este junta y unida al cuerpo más estrechamente. Si el alma no existiera, rechazando la descripción de ser potencia de la materia, piloto o cárcel, tampoco existiera el cuerpo humano. Se me podría refutar posiblemente: las piedras no tienen alma, pero existen, por consiguiente, lo mismo podría darse con el cuerpo. Pues ahí está el detalle, la naturaleza de la piedra no es de la misma del cuerpo de un ser humano; ciertamente, ambos son materia, pero de diferente índole. Afirmemos que Dios creó al ser humano para que existiera con un cuerpo y alma específicos, por tanto, diferente de los seres inertes, vegetales y animales. Por ello, no cabe hacer igualaciones ingenuas o absurdas entre el cuerpo (materia) y el alma (forma sustancial) del ser humano en lo propio, en lo que le caracteriza, en relación a los demás seres coexistentes con él en el cosmos. Al mismo tiempo, cae en tierra el deseo o el sueño de un mundo diferente, por ejemplo que alguien dijese: pero si hubiera existido o existiera un mundo donde el cuerpo humano fuera como la piedra y los animales pensaran y hablaran como los humanos… La realidad es como es. En fin, el filósofo francés sostiene que el alma está íntimamente unida al cuerpo y, por decirlo así, tan entremezclada con el cuerpo que parece componer con él un solo todo.


Elaborado por Gustavo Romero
Aprobado por el Profesor Dr. D. Enrique Moros
Universidad de Navarra, España
Perfil del catedratico: http://navarra.academia.edu/EnriqueMorosClaramunt/CurriculumVitae

lunes, 5 de marzo de 2018

CELEBRACIÓN DEL TRIGÉSIMO OCTAVO ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE MONSEÑOR ROMERO


EL SEÑOR JESÚS Y ROMERO, 
ENEMIGOS DE LA CORRUPCIÓN, LO ILÍCITO, LO INJUSTO

Queridos hermanos y hermanas, en primer lugar, reciban un saludo afectuoso en el Señor Jesús, quien nos ha reunido para celebrar este tercer Domingo de Cuaresma; prácticamente, estamos ya a la mitad para revivir, actualizar la Pascua de nuestro Señor Jesucristo, “sí con El morimos, reinaremos con Él”, nos recuerda san Pablo (2 Tim 2, 12).

En esta celebración eucarística nos encontramos los sacerdotes y los seminaristas de El Salvador (Centro América), quienes estamos estudiando en la Universidad de Navarra (España), y el motivo es porque estamos celebrando anticipadamente el trigésimo octavo aniversario del martirio del Beato salvadoreño: Oscar Arnulfo Romero y Galdámez. Nos alegramos por la oportunidad de tener esta Eucarística, como también, agradecemos al párroco por su apoyo a través del padre Roberto Carlos, al padre Rodolfo de la hermana República de Nicaragua, quien nos está presidiendo esta Santa Misa, y a todos ustedes por compartir nuestros sentimientos de júbilo.

Una pregunta que naturalmente puede surgir es: ¿Quién es el Beato Oscar Romero? Monseñor Romero, como le decimos en El Salvador, es un Beato del siglo pasado, por tanto, contemporáneo a la mayoría de nosotros. Deteniéndome brevemente en el Evangelio propuesto para este día, vemos al Señor Jesús expulsando del templo a los vendedores y a los cambistas con sus mercancías. La finalidad del templo es para orar, para tributar culto a Dios, y lo habían convertido en mercado. Voy a saltarme la explicación, pero lo que está de fondo es la corrupción. Ciertamente, eran los negociantes que estaban en el templo, pero el templo era administrado por los sacerdotes judíos, o sea, los negociantes estaban bajo el consentimiento de ellos. Y esos negocios no eran honestos. Por supuesto, esta acción de Jesús le estaba ganando más odio, por parte de las autoridades religiosas judías. Esta actitud de Jesús de volcar las mercancías y expulsar a los mercaderes, podríamos decir que es una denuncia contra la corrupción. De esta manera, conocemos una más faceta de nuestro Señor Jesús, que por los santos evangelios, sabemos que oraba, enseñaba, predicaba, sanaba enfermos, exorcizaba, pero también, no toleraba lo ilícito, lo injusto, lo corrupto. Pues, los mismos pasos siguió el Obispo Oscar Romero, y por gracia de Dios, compartió el mismo destino del Mesías: la muerte, el martirio. Pensemos en si el Señor Jesús por miedo no hubiera actuado en el templo, por conservar su vida, del mismo modo, si Monseñor Romero no hubiera denunciado enérgicamente los atropellos, injusticias, represiones que se estaban llevando a cabo en ese momento en El Salvador. Pues, no hubieran sido auténticos testigos, y lo peor, cómplices del pecado de la corrupción y la injusticia. Con esa acción en el templo, Jesús deja claro que parte elemental de la santidad, es también expulsar, luchar contra todas las manifestaciones del pecado, de la corrupción.

Si le pasara el micrófono a mis hermanos sacerdotes y a mis hermanos seminaristas aquí presentes, con seguridad ellos dirían muchas cosas interesantes sobre el Beato Romero, pero como no es posible, considero que en el Obispo Romero encontramos dos enseñanzas esenciales: la vivencia radicalidad del Evangelio y el compromiso decidido a favor del Reino de Dios. Monseñor Romero comprendió muy bien las palabras de nuestro Maestro: “Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por mí, la encontrará(Mateo 16, 25). El Beato Romero fue capaz de ofrecer su vida, porque era un hombre de oración, tenía una relación íntima con Dios Padre. Son interesantes y edificadores sus escritos y homilías. Si  a alguno de ustedes les interesa conocer la figura del Beato Romero, hay un sitio web oficial en Internet, y en la librería san Pablo de Pamplona –no estoy haciéndole publicidad- hay libros sobre él. La figura de Monseñor Romero cada vez más va siendo conocida en el mundo, de hecho, la ONU ha proclamado el 24 de marzo, Día internacional del Derecho a la Verdad, como homenaje al obispo Romero.

Antes de finalizar, como datos históricos, Oscar Romero nació el 17 de agosto de 1917, en un lugar llamado Ciudad Barrios; fue martirizado en la Capilla del Hospital Divina Providencia (San Salvador), el 24 de marzo de 1980, y fue beatificado en San Salvador el 23 de mayo de 2015. 

Que la Virgen María y san José nos ayuden a leer, meditar y hacer vida en el estado propio de cada uno, los santos evangelios, para ir tras las huellas de su Hijo, nuestro Redentor.


Pbro. Gustavo Romero
Parroquia “Santa María de la Esperanza”
Cizur Mayor, Navarra

lunes, 1 de enero de 2018

EL INICIO DE UN AÑO NUEVO ES UNA PODEROSA INVITACIÓN A DARLE MAS PROTAGONISMO A NUESTRA FUERZA DE VOLUNTAD




Ante la llegada de un año nuevo, se pueden observar, constatar diversos sentimientos en las personas, de los cuales yo quiero resaltar ocho: alegría, agradecimiento, esperanza, incertidumbre, deseos de mejorar, miedo, preocupación e indiferencia. Por supuesto, estos sentimientos mencionados tienen que ver con cada persona, su estado de vida, su situación, sus circunstancias. Algunos de estos sentimientos pueden ser convicciones o basados en convicciones, a manera de efecto. Al mismo tiempo, estos sentimientos se encuentran en las familias e incluso en una comunidad o nación (por ejemplo el miedo nacional causado por una red terrorista o delincuencial). Pero bien, hablando de modo general, todos o casi todos soñamos, deseamos y queremos un año mejor que el anterior, a nivel personal, a nivel familiar y a nivel comunitario-social. Ante esto, planteo la siguiente pregunta: Y como lograr un año nuevo mejor? Pues diré que la respuesta es muy amplia. Las personas, las familias y las culturas de cada país, tratan de responder a su manera, hasta la Iglesia Católica a traves de un Papa da una respuesta, la cual está basada en la fe cristiana. 

Yo lo que propongo es darle protagonismo a nuestra fuerza de voluntad. Ya los filósofos de la historia antigua nos vienen ilustrando en que el ser humano posee inteligencia y voluntad. Basándonos sobre todo en Aristoteles y Santo Tomás de Aquino, la voluntad es una facultad del alma o de la parte superior del hombre. En su esencia, la voluntad es de índole del apetito. Y como quiera que sea un apetito del alma, es un apetito intelectual (appetitus intellectivus), en virtud del cual está dirigido a su bien conveniente, esto es, al Bien en general. Por supuesto, no pretendo desarrollar el tema de la voluntad a traves de la historia de la filosofía, sino más bien, me interesa que todos ustedes, que todos nosotros nos demos cuenta de que tenemos esta facultad natural llamada voluntad. Hay un famoso dicho popular que dice: "Querer es poder". Deseamos un mejor año para nosotros, para nuestros familiares y amigos, para nuestra comunidad, para nuestro país, en fin, para el mundo entero, pero los sentimientos y deseos bonitos, las palabras, los planes, proyectos, propósitos quedaran en las nubes, si tu y yo, todos, no los llevamos a la práctica, si no los concretizamos, por consiguiente, si tenemos claro lo que debemos hacer, solo es cuestion de que lo hagamos. Ciertamente, en la elaboración de un plan o a punto de hacer algo en lo que estamos convencidos que sera para mejorar una realidad, lo normal es que aparezcan tres fenómenos: la decisión acompañada de la motivación, el miedo y la pereza. "Querer es poder" reza el dicho popular. Cuando era niño escuché en un programa de televisión a un científico decir que la mente es más poderosa de lo que creemos, con lo cual estoy de acuerdo, pero yo le añado: la voluntad es muy fuerte también. Por supuesto que lo es!!  Ahi tenemos el ejemplo de los santos mártires de la Iglesia ante una horrible e inminente muerte, ante los suplicios recibidos antes de ser asesinados; al Beato Romero que siguio adelante ante las presiones y amenazas, a los esposos que viven la fidelidad conyugal, a los transformadores de la historia nacional, ya sea para bien o para mal, en fin, hay una cantidad innumerables de ejemplos. A lo que quiero llegar es que seamos conscientes de que tenemos un poder llamado voluntad y la pongamos en movimiento, en acción. Una vez la hermana religiosa de Santo Tomás le escribió preguntándole qué cosas eran necesarias para llegar a la santidad. El santo de Aquino era ya un teólogo reconocido y, probablemente, su hermana esperaría una especie de pequeño tratado sobre la perfección –hay libros que surgieron como respuesta a una pregunta por el estilo–, pero él no le respondió con un tratado, tampoco con algunas páginas, ni siquiera con una frase, solo escribió una palabra: “¡querer!”. Así es estudiante, quieres este año 2018 tener mejores calificaciones y no reprobar materias, pues estudia!! organízate!! disciplinate!! esfuerzate!! Ten fuerza de voluntad!! Por supuesto, sin dejar de lado el encomendarse a Dios como estudiante. Der Wille zur Macht!! 

No puedo ocultarles que la expresión y este escrito está inspirado en la frase "voluntad de poder" (Der Wille zur Match), del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, aunque debo aclararles, advertirles que no sigo su filosofía reduccionista en torno a la voluntad, sino más bien, mi propuesta es que nuestra voluntad esté en consonancia con nuestra razón, con nuestra inteligencia y está a la vez, conectada, iluminada por la fe. De hecho, una persona con una fe verdadera no necesita que le esten obligando o presionando para realizar algo, lo hace con amor, alegría y responsabilidad, o sea, tiene fuerza de voluntad. Muchos decimos que confiamos en la ayuda de Dios, pero al mismo tiempo dudamos y por eso recurrimos a supersticiones o caemos en prácticas sincretistas. Soñamos que al nomas el reloj esté en la cero horas del nuevo año, todo lo negativo del año pasado cambie de repente de una manera mágica. Ya no existen los problemas mundiales o nacionales del año pasado en este nuevo año?? Pues aquí los tenemos todavía!! Por ejemplo: siguen las confrontaciones bélicas entre Estados Unidos y Corea del Norte, la situación caótica en Venezuela, los países latinoamericanos con sus propia problemáticas sin lograr resolver, Europa con miedo por los atentados terroristas, los políticos aprovechándose del pueblo descaradamente por más que se les critique, etc. El paso de las 11: 59 pm, a las 12: 00 a.m., indicativo cronologico del año nuevo, solo es una medida del movimiento llamada tiempo, pero las realidades continúan, puesto que estas cambiaran hasta que nosotros comencemos a actuar con fuerza de voluntad, teniendo claro cual es el bien a conseguir. Queremos muchas cosas positivas, pero no queremos ni mover un dedo para obtenerlas, asi no se llega a ningun lado. Cuando se quiere se puede, dice la gente también en el lenguaje popular. Queremos vencer algun vicio arraigado en nosotros, el cual nos lastima tanto y sabemos como superarlos, pues comencemos a superarlo desde ya, vamos!! Fuerza de voluntad!! Ciertamente somos debiles, y pecadores, cristianamente hablando, pero tenemos fuerza, voluntad y para los creyentes, tenemos la asistencia del Espíritu Santo. Queremos que muchísimas cosas mejoren en nosotros, en nuestra familia, en la sociedad, pues pongamos al maximo de nuestra parte y busquemos la unión con otros, porque la unión hace la fuerza!!. Nos pasamos quejando o envidiando a las personas que se ven en una mejor situación, buscamos echarle la culpa a la buena o mala suerte, por cierto, ¿a donde se encuentran la buena y mala suerte? "Sepa Dios" dicen en mi país. Amigos y amigas, todo es que comencemos a actuar, fuerza de voluntad, voluntad de poder... Reciban mi abrazo de año nuevo. Que el Dios de la vida nos bendiga. 




Dear family and friends, Happy New Year! The year shall be good in the measure that each of us, with God’s help, seeks to do good day by day.

Cari fratelli e sorelle, buon anno! E l’anno sarà buono nella misura in cui ognuno di noi, con l’aiuto di Dio, cercherà di fare il bene giorno per giorno. 


¡Feliz Año! Y el Año será bueno en la medida en que cada uno de nosotros, con la ayuda de Dios, intente hacer el bien día a día. 


Pbro. Gustavo Romero

España, 1-Enero-2018