BLOG PERSONAL E INDEPENDIENTE

sábado, 28 de enero de 2017

VENERANDO A SANTO TOMÁS DE AQUINO EN SU TUMBA. EXPLICACIÓN DEL POR QUÉ SU FESTIVIDAD SE CELEBRA EL 28 DE ENERO


Admiración y agradecimientos a Dios me surgieron al estar ante la tumba de Santo Tomás de Aquino. Admiración por estar ante los restos mortales del "Doctor Angelicus", el autor de la Suma Teológica. del filósofo y teólogo de quien hemos recibido tanto a través de los estudios eclesiásticos. Agradecimientos a Dios por esta oportunidad de inicios de año nuevo. La tumba de Santo Tomás se encuentra en el Convento de los Jacobinos, en la ciudad de Toulouse, Francia. 


Con los padres formadores y seminaristas del Seminario Internacional de Bidasoa, Diócesis de Pamplona-Tudela, aprovechamos no solo para conocer el templo, sino más bien, para pedir la intercesión de Santos Tomas, por los profesores, estudiantes, filósofos, teólogos, universidades y centro educativos católicos... En lo personal, le agradecí a Santo Tomás por acompañarme desde que soy seminarista y le he pedido su ayuda para realizar y finalizar exitosamente mis estudios de filosofía, para la mayor gloria de Dios. 


La explicación de honrar a Santo Tomás de Aquino en la liturgia de la Iglesia el dia 28 de enero, es la siguiente: Los monjes de Fossa Nuova querían a toda costa quedarse con sus sagrados restos, pero Urbano V ordenó que el cuerpo fuera entregado a sus hermanos Dominicos, siendo trasladado solemnemente a la iglesia Dominica de Toulouse, el 28 de enero de 1369. Entonces, la festividad de Santo Tomás de Aquino se debe al traslado de sus restos mortales, puesto que él murió el 7 de marzo de 1274.


Desde 1369, el cuerpo de Santo Tomás de Aquino descansaba en el Convento de los Jacobinos. En 1791 los dominicos abandonaron el lugar y transportaron sus restos a la Basílica de san Sernin (http://sobrefrancia.com/2008/04/09/la-basilica-de-saint-sernin-en-toulouse/); regresaron en 1974, durante el séptimo centenario de su muerte. 


 La Palmera de los Jacobinos, en el interior del templo conventual


El origen de su patronazgo sobre los universitarios es del año 1880


En el año 1281, siete años después de su muerte, fue exhumado el cadáver encontrándose incorrupto. En 1288 le quitaron la mano derecha, que se le dio a su hermana Teodora, la cual la llevó a Salerno, en la Campania Italiana. Más tarde los monjes le separaron la cabeza que pusieron en un relicario en la sacristía. 

Entre los años 1321 y 1368 los monjes de la abadía de Fossanova separaron los huesos de la carne del cadáver y el Conde de Fondi se apoderó del cuerpo y pasó algunas reliquias a los dominicos. Se hizo una nueva distribución de reliquas (1369): a Itri, París y Roma...Pero la mayor parte del cuerpo quedó en Toulouse. 


Este el Conjunto Conventual de los Jacobinos de Toulouse, más conocido como el Convento de los Jacobinos. Es un antiguo convento de la Orden de los Hermanos PredicadoresLa iglesia fue construida en cuatro etapas a partir de 1230 que se prolongarían a lo largo de los siglos XIII y XIV.

martes, 17 de enero de 2017

LOS OBISPOS Y LA POLÍTICA: VIVIMOS UN PERIODO DE "FATIGA DEMOCRÁTICA"


Este es un escrito de François Euvé S.J., publicado en su blog "Terre nouvelle" (Tierra nueva). Ciertamente, las siguiente líneas tienen que ver con la realidad francesa, pero me ha parecido interesante, porque en esa sociedad concreta, encontramos situaciones comunes actuales en la política mundial y por supuesto, en la salvadoreña, y de cara a eso, la Iglesia representada en la Conferencia Episcopal de cada nación. 

El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal de Francia acaba de publicar un documento importante aclamado por "Une du Monde" (http://www.lemonde.fr/) y un artículo excepcionalmente ditirámbico en "Libération" (http://www.liberation.fr/). Sin duda no contiene alguna revelación particular, pero, en el marasmo político actual, la voz de la Iglesia tiene un cierto alcance. Gracias a su presencia en el seno de la sociedad debido a sus muchas redes comunitarias, tiene en efecto, una cierta experiencia en la vida social. Ella no la ve sólo desde un observatorio universitario. No es solo la mirada del activista sindical, del profesor, del defensor de los derechos humanos. Es una especie de síntesis de todas esas perspectivas. 


El diagnóstico es sombrío. Esto no es una sorpresa. Como se ha escrito en el reciente informe de "France Stratégie" (http://www.strategie.gouv.fr/), vivimos un período de "fatiga democrática". El tejido social se desintegra, debido a la evolución económica (lo que contribuye al crecimiento del desempleo), a las mutaciones antropológicas (que confunden), actos terroristas, etc. La clase política no está a la altura de estos desafíos, está encerrada en la gestión miope de sus planes de carrera.

El brote de la sociedad en intereses antagónicos, individuales o "tribales", vuelven problemática la búsqueda del interés general o del "bien común", es decir, de lo que une y permite a la sociedad ir más allá de un simple " vivir juntos". Hay demasiadas personas que se sienten excluidas de la vida social para poder contribuir en su desarrollo.

Todo esto es bien conocido. ¿Cómo salir? El texto pone de manifiesto la presencia de fuerzas creativas, especialmente en la juventud. El movimiento asociativo está prosperando en Francia más que en otros lugares. El reto es reunir de manera más amplia el gran número de iniciativas locales que existen. Es la función de la autoridad política.

Estas iniciativas son diversas. Ellas reflejan la diversidad de los componentes de la sociedad francesa. No podemos soñar con un modelo culturalmente homogéneo. En contraste con la búsqueda nostálgica de una "Iglesia pura", los obispos abogan por el reconocimiento de la diversidad cultural, no sólo como un hecho sino como una reserva de enriquecimiento para la sociedad en su conjunto. En el campo religioso, la laicidad del Estado (y no de la sociedad) permite evitar toda hegemonía ideológica.

Esto implica un arte del compromiso, que se describe como "tarea indispensable y particularmente noble del debate político." No es el resultado de una especie de aplanamiento de pensamiento o "mínimo común denominador". Debemos entender el riesgo: frente a una diversidad aparentemente irreconciliable de posiciones antagónicas, uno puede ser tentado, por cobardía o por el cansancio, adoptar una postura que parece gustar a la mayoría, pero no satisface verdaderamente a las personas. El compromiso del cual hablan los obispos es "entrar en un verdadero diálogo donde no tratemos de asumir el control, sino construir juntos otra cosa, donde las personas no se nieguen, pero que inevitablemente conduce a realidades de diferentes posiciones de salida ". El resultado de una búsqueda común en un debate donde las personas no aseguren mantener la solución última satisfactoria. 

Este sentido de compromiso no le agrada a los intransigentes o a la línea dura que quieren que las cuestiones políticas se resuelvan de forma deductiva a partir de "principios no negociables". Esta visión abstracta no corresponde a la gran tradición cristiana, para la cual la verdad es relacional: ella surge en el encuentro de las personas que el Creador ha dotado de una verdadera responsabilidad. Es significativo que el discurso de la Iglesia reúne la intuición democrática en eso que ella tiene de más fundamental. He aquí una buena contribución cristiana en el debate político.